JUEVES 28 de Junio
Día perro perro, poco productivo. Se nota que el cuerpo pide un descansito, secuelas de las intensas semanas de exámenes y trabajos-a-última-hora. Por la tarde quedamos con Tesleitor para hacer el Newsletter de la asociación. Llegamos una hora tarde y falta el resto de la gente (venían 3 personas más), así que esto huele a encerrona. Nos cuenta mil rollos y nos enseña un pack acampada que nos ha comprado: tienda de campaña, 2 sacos, 2 esterillas... la razón: nos propone una semana de acampada en un sitio muy místico con mogollón de gente mística... suena raro pero al final nos medio convence diciendo que nuestro cordi, John, y otro miembro de Forest Friends, Joe, seguramente también vayan. Ellos se quedan trabajando (o divagando), nosotros ponemos una buena excusa (un supuesto cumple de nuestro compi de casa) y nos volvemos a casa tras 3 horas sin haber hecho ná útil.
VIERNES 29 de Junio
Día perrísimo pero con buenas noticias: Sofi obtiene la beca de la UAM y, de paso, un peazo de 10 en urbanismo. Por despejarnos un poco nos vamos a reciclar (Sofi se lo pasa pipa separando los envases de vidrios en tres categorías según color). Aquí la cosa está peor que en España (increible pero cierto): acaban de poner el cubo de reciclaje (verde en vez de amarillo) hace menos de un año y nadie se entera de qué hay que meter exactamente... los vidrios, eso sí, se separan en más categorías (debe de ser que como generan muchos de tanta cerveza...): vidrio marrón, verde y sin color. Ronda la idea de meter una compostadora en el patio, que hay espacio de sobra...
Nos vamos a la fiesta de un italiano de CouchSurfing, Roger. Empieza bien con muchas caras nuevas y algunos que ya podemos llamar amigos, pero nos vamos con un mal sabor de boca porque al final la fiesta acaba tristemente dividida en dos: la habitación-submarino de los setas porreros y el resto en el salón-cocina. Adivináis dónde estábamos no? jeje... Otra cosa que nos sienta mal: un bocata de pollo (tras varias semanas sin comer carne) que nos compramos a mitad de fiesta porque estábamos hambrientos. Nos estará diciendo nuestro cuerpo "de qué vas?" o tal vez "esto que c..ño es?". Nacho estará diciendo: "os jodéis". Cierto, nos jodimos con la barriga pachucha. Decidido: carne de la mala nunca máis, a partir de ahora un par de veces al mes y ecológica (organic food, que dicen por aquí).
SÁBADO 30 de Junio
Nos levantamos a las 7:30 para ir al Glencree Valley, nuestra zona de trabajo. Llegamos al Centre for Peace and Reconciliation a las 12:30, y eso que está sólo a 20km. Nota mental: no confundir el LUAS (tranvía interno de Dublín) con el DART (tren que recorre la costa), te puede hacer perder muuucho tiempo y además no tienen conexión entre ellos (???).
Llegamos a Bray, una ciudad al sur de Dublín, y nos metemos en la cafetería de la bolera mientras que esperamos a Lawrence y a otro voluntario que vienen a recogernos. Tras tomar un té y una galleta cutre, nos vamos a dar una vueltica y descubrimos una maravillosa cafetería con bollería recien hecha... mal mal.
El otro voluntario, que conduce de forma temeraria por una carretera de mala muerte, es alemán y habla poco. Lawrence super atento como siempre, es un solete. Llegamos al Centro y desayunamos por tercera vez. Nos recorremos el centro en un ratín (hay de todo, parte nueva, parte más vieja y degradada, pero en general todo muy chapuza y mal cuidado para las pelas que deben de recibir de las decenas de empresas e instituciones patrocinadoras...). Comemos sopita y ensalada y vemos el percal: los voluntarios no se sientan juntos, ni cantan la tacita, ni hablan demasiado (con 30 personas en el comedor hay momentos de silencio absoluto en plan monjas de clausura). Definitivamente por la noche no parece que vayamos a tener mucho colegueo en plan Voluntariado Ambiental...
Por la tarde nos pateamos un poco el valle. Muy bonito y manejable. Mucho chalet con terreno privado y mucha arboleda de repoblación con fines madereros.
Despues de cenar a las 18:30 (riquísimo menú vegetariano, aquí siempre tienes esta opción...) nos bajamos a Eneskerry (un pequeño pueblo cercano) para tomar algo con la cocinera y una voluntaria. Conversación amena y primera Guiness, que nos sabe a gloria. No sabe a alcohol como la cerveza española y tiene mucho cuerpo, así que mu rica. A la vuelta la voluntaria, una profe de Inglaterra, nos canta algunas canciones que se ha aprendido de memoria en español, preciosas (antiguas y de la Guerra Civil).
No hay comentarios:
Publicar un comentario